sábado, 26 de noviembre de 2016

Héroes vs Villanos.

Tras pasar las últimas semanas renovando mi web personal y mi porfolio, empecé a promocionar mis últimos trabajos entre los clientes más fieles así como en busca de algunos nuevos. A los que ya te conocen poco hay que explicarles, ya que tu trabajo te avala. Sin embargo, con aquellos que no te conocen o que nunca han requerido los servicios de un diseñador es a veces complicado explicar cuánto puede mejorar su idea o su producto cuando interviene la mano de uno.

¿Cómo explicar esto? Imagina que te regalan algo y en lugar de buscar un papel de regalo para envolverlo, lo han envuelto en papel de periódico. El regalo puede ser que te guste porque siempre habrá quien te diga que lo importante es lo que hay bajo el papel. Yo afirmo que eso es un error. En mi caso, como en el de muchos, siempre recordaré que el regalo venía envuelto en hojas de periódico.

Mucha gente se esfuerza en buscar lo mejor para su negocio. En el caso de comercios, el mejor producto. En el caso de un restaurante, la mejor comida. Y si ya hablamos de libros... ¿Cuántas veces hemos entrado a un local por su decoración o por el rótulo de la puerta? ¿Y cuántas veces hemos comprado un libro por su portada? Creedme si os digo que todo entra por el ojo y ahí es donde los diseñadores podemos ayudar y mucho porque somos capaces de crear un atajo hacia el éxito de tu idea que va a ahorrar mucho tiempo y dinero. Pero claro, aquí tropezamos con la última palabra: dinero.

Muchos clientes no entienden que un cartel que tenga una composición equilibrada, una tipografía adecuada o una ilustración propia y no sacada de Google imágenes (con el peligro que conlleva violar los derechos de autor de la imagen) valga el precio que vale. Cuando hablas con un cliente, siempre corres el peligro de que aparezca alguien que le diga "Eso lo hace mi cuñado que sabe photoshop y dibuja que no veas. Se lo digo y te ahorras un pico" O también puede pasar lo que es peor: que lo haga él mismo, pensando que un profesional le va a cobrar un potosí por algo que es juntar cuatro letras en Powerpoint. Sin embargo, no saben que los diseñadores nos adaptamos al cliente y al negocio, dándoles una gran cantidad de opciones, adaptadas a todos los bolsillos.

Pero bueno, lo mejor es poner un ejemplo. Éste sería el resultado cuando interviene la mano del cuñado que sabe Photoshop:


Así es cómo queda en manos de un profesional:


Y ésta es la imagen de un cliente cuando ve el resultado: